domingo, 28 de marzo de 2021

Bienvenidos a este Blog el cual promete analizar un tema que hoy en día es relevante discutir.

Lectura tradicional versus lectura digital 



Objetivo

 

Este escrito busca establecer los cimientos para el debate académico sobre las perspectivas del proceso de lectura ante dos escenarios: El primero, entendido como lectura tradicional, es decir, que obedece a la lógica gutenberiana o de lectura de libros; y el segundo, un escenario digital, entendido como aquel en el que la lectura requiere de dispositivos como laptops o tablets y cuyo contenido son aplicaciones multisensoriales complementarias.

 

Metodología

 

Estos ejemplos fueron analizados a la luz de un marco que contempla la profundización en tres categorías:

• Actores: Quien participa del proceso de lectura, utiliza el dispositivo y realiza el proceso interpretativo de su contenido.

• Dispositivos: Soportes y materialidad utilizados para llevar a cabo el proceso de lectura.

• Proceso de lectura: Elementos externos que componen la experiencia de quien lee y definen las nociones de lectura.

La agrupación de estos análisis permite hacer una comparación entre las nociones de lectura planteadas por un ejemplo (lectura tradicional) y por el otro (lectura digital). El cual tiene por objetivo obtener conclusiones que amplíen el debate académico al respecto de las implicaciones actuales de la lectura en un contexto cada vez más digitalizado.

 

De los libros a las tablets


A lo largo de mucho tiempo aprendimos a leer a través de silabarios, sonidos extraños y probablemente más de alguna canción. Continuamos nuestro recorrido a través del papel, subrayando, haciendo anotaciones al margen, o simplemente, leyendo. Con la llegada de la computadora nos introdujimos a una plataforma de lectura diferente que también trajo sus retos y complicaciones. Sin embargo, ahora nos encontramos ante un nuevo dispositivo: las tablets.

La oferta sin duda alguna ya es interesante: tienen acceso a Internet, las pantallas son táctiles y se adaptan a la retina, los botones van desapareciendo y las memorias se van haciendo cada vez más grandes, casi como una demostración de todo el material que está esperando a ser devorado (o guardado) por el usuario.

Estos dispositivos son, en sí mismos, una reconfiguración de una de las actividades más significativas de la era gutenberiana. Las tablets, con sus pantallas y aplicaciones, redefinen el lenguaje, la realidad, el consumo, la producción y la modalidad de la lectura.

 

La batalla por regresar al papel

 


El primer ejemplo “Es un libro libro ilustrado de Jane Smith que promueve las virtudes de la lectura tradicional”, curiosamente fue lanzado con una campaña en medios digitales específicamente en YouTube. El video consiste en una conversación protagonizada por un interesante personaje animado:

Un burro, con una laptop en las piernas. Este burro se dirige a un mono que está leyendo un libro, cosa que le parece extraña y aburrida.

Entonces, se dedica a hacerle preguntas: “¿Puedes bloggear con él?, ¿puedes tuitear?, ¿tiene wi-fi?” El burro, al final, movido por la curiosidad, toma el libro y da vuelta a sus páginas hasta terminarlo.

Así, a través de un burro abstraído en las páginas de un libro, el mensaje del video se convierte en una involución hacia el tradicional significado de la lectura en papel, intentando despojar al proceso lector de las distracciones de la digitalidad.

Ahora bien si bien es cierto que la iniciativa de  esta librería está motivada por un tema meramente publicitario y vinculado estrictamente a la naturaleza de su negocio, esta campaña ha sido retomada en redes sociales por algunos entusiastas de la lectura tradicional y también en algunas bibliotecas, como un potente llamado para retornar a la lectura gutenberiana.

 

La batalla por la evolución de la lectura

 


Ahora bien, así como hay esfuerzos por el retorno a la lectura gutenberiana, no podemos negar la existencia y el uso cada vez más expandido de dispositivos digitales para la lectura, Marshall McLuhan se adelantó muchísimo en el tiempo y predijo la expansión de lo digital a partir del surgimiento de la televisión y ahora, nombres como iPad, Kindle, Galaxy Tab  son mundialmente reconocidos.

Y es que ahora que las tablets se han abierto paso (y han tenido una buena aceptación gracias a su tamaño, facilidad de movilidad, integración de funcionalidades y precio) también es momento de preguntarse: ¿De qué forma transforman estos dispositivos el proceso de lectura?, ¿cambia el rol del lector cuando cambia el soporte en el que lee?, ¿se modifica la experiencia lectora cuando se hace a través de eBooks y no de libros?.

 

El futuro del libro 


Con respecto de la experiencia lectora en el escenario digital, es óptimo traer al debate el caso de IDEO, una consultora internacional en innovación y diseño que plantea el “futuro del libro”. IDEO cree que el constante crecimiento del contexto digital puede mejorar nuestra noción de los libros. Con base en este enunciado proponen tres conceptos de experiencia lectora desarrollados por ellos en los que explican de qué forma se puede dar esta integración entre contexto digital y noción de libro.

Los tres conceptos son planteados son Nelson, Coupland y Alice. Aunque cada uno tiene audiencias y objetivos diferentes, el factor común es la relevancia que, de forma individual, le otorgan a la interacción con otros usuarios como elemento enriquecedor del proceso de lectura. Es decir, conciben que para mejorar la experiencia lectora se requiere de interacción con nuevos o diferentes usuarios quienes construyen una red de información, perspectivas e inputs adicionales a los propios, volviendo un proceso usualmente individual, en uno participativo y plural.


Los escenarios


Hemos visto entonces que, tácitamente, la existencia de un nuevo proceso de lectura que, a través de lo digital, desafía los estándares tradicionales de esta actividad otrora vinculada únicamente a los más altos rangos de autoridad e intelecto.

Estas posturas, hasta cierto punto encontradas, llevan al establecimiento de dos escenarios actuales en torno al proceso de la lectura:

• El retorno a la lectura gutenberiana: Como un proceso individual que alienta la creatividad e implica una relación libro/lector sin “interferencias”. En este, el dispositivo es el libro y el lector cumple un rol de audiencia e interpretación individual del contenido. En la lectura gutenberiana, el proceso de leer es una actividad enmarcada entre contenido e individuo, sin mayor intervención sensorial que aquella promovida por las letras plasmadas en el papel. De ahí, los argumentos que indican que la lectura gutenberiana promueve la creatividad, ya que no existen estímulos externos que “contaminen” la interpretación individual del contenido realizada por el lector.

 

• La nueva experiencia de la lectura digital: Que se realiza a través de dispositivos electrónicos especializados (tablet o laptop) en los que el usuario tiene acceso a diversas aplicaciones que “enriquecen” el proceso, como por ejemplo: comentarios de otros lectores, referencias a nueva bibliografía, etc. Usualmente, los eBooks son diseñados incluyendo estímulos visuales y/o auditivos que proveen un marco referencial en términos gráficos para quien lee, despojándolo o armándolo (de acuerdo con la perspectiva bajo la que se estudie) de un proceso de interpretación individual del contenido, pero generando una experiencia multisensorial. De acuerdo con el grado de interacción entre lectores de un mismo texto, el proceso de lectura puede favorecer el intercambio inmediato de información y/o impresiones sobre el contenido, volviendo la lectura un proceso dinámico e interactivo.

 

El primer escenario es, entonces, un llamado a reconsiderar el libro como soporte para la lectura. El segundo es una invitación para reconceptualizar las nociones de lectura.Son precisamente estas dos versiones de una misma actividad las que abren las puertas al debate.

 

El lector. El usuario. El lectoespectador

 


La discusión sobre los dispositivos electrónicos como soportes para la lectura también da paso a repensar a los protagonistas del proceso. Se hace necesario reconsiderar entonces, si es correcto referirnos a quien lee como lector, como usuario o como “lectoespectador”.

A lo largo de este artículo se ha utilizado la palabra “usuario” para referirse a quienes utilizan dispositivos electrónicos de lectura. Y es que la semántica es poderosa y la palabra “usuario”, en sí misma, tiene implicaciones de poder, interactividad y acción que describen una perspectiva diferente a la que construye la palabra “lector”.

Es a este usuario de eBooks a quien se ha otorgado el nombre de lectoespectador, el cual no busca encontrarse únicamente con una buena historia, sino con una experiencia multisensorial que la acompañe.

Estamos ante nuevos soportes para el consumo de la lectura. Esto implica una alternativa diferente para la concepción de la literatura como la conocemos hasta ahora: y otro escenario surge ante nuestros ojos a partir de la re-conceptualización de las nociones de lectura. Por tanto, nos podremos encontrar ante usuarios ávidos de la lectura digital por la facilidad de almacenamiento que los dispositivos ofrecen y la portabilidad de contenido extenso en un mismo soporte, y no por las características de interactividad, sonido, ilustraciones u otras.

 

Lectura digital versus la lectura tradicional


El proceso de la lectura gutenberiana engloba una interacción individual entre libro y lector. Desarrolla la capacidad interpretativa y es una experiencia del sujeto con el objeto que está cargado con significaciones, símbolos y motivaciones individuales. La lectura digital, realizada a través de dispositivos electrónicos, será también un proceso de un individuo acostumbrado a un entorno tecnológico que incluye, obligatoriamente, la multidimensionalidad de los aparatos, la interactividad, la conectividad, la costumización y el almacenamiento masivo.

La lectura digital no es más que una adaptación de un proceso otrora unidimensional hacia los requerimientos de un contexto y un usuario digitalizado. Trujillo Sáez (2013) explica:

“El mundo de la literatura digital ofrece al lector nuevas posibilidades a través de la pantalla, superando además la distinción entre quien escribe y crea quien recibe y lee: las TIC nos permiten un acercamiento interactivo al texto y demandan del lector una mayor implicación en la lectura”.

Con respecto a esta suerte de batalla entre la lectura digital y la lectura tradicional, estamos entrando a una verdadera (r)evolución literaria cuyos resultados aún son inciertos. Pero como punto de partida es fácil afirmar que el recibimiento favorable que las tablets han experimentado es un indicador del éxito y la necesidad de este tipo de dispositivos, así como también de la modificación de una de las actividades que ha sentado las bases del conocimiento hasta nuestros días: la lectura.

 

El replanteamiento del concepto de lectura


“Leer ha estado muy condicionado por los soportes; la materialidad, el modo cómo se escribe y cómo se publica lo escrito, marca formas de lectura completamente distintas, formas social y culturalmente diversas, con condiciones políticas y económicas diferentes de lectura” (Martín-Barbero, 2005).

Es precisamente esta materialidad y forma de publicación la que una vez más se ve modificada en nuestros días a través de las tablets y los eBooks, afectando indefinidamente las consecuencias en el proceso de lectura. Como diría McLuhan, el medio se transforma en el mensaje.

Las tablets y las laptops configuran una nueva forma de leer. Sin embargo, la lectura como proceso es una actividad que está en constante cambio, obedeciendo (como dice Martín-Barbero) los soportes y cómo se publica lo escrito. Por lo tanto, la lectura digital es un proceso enmarcado en un escenario de soportes diferentes al libro empastado, pero igualmente válido.

De tal forma que debemos asumir que la nueva lectura es una de tipo digital: con soportes electrónicos, con interconectividad, con feedback entre usuarios, con conexión a Internet, con incentivos multisensoriales, en plataformas digitales, etc. Y con un protagonista que ya no es solo un lector, sino un usuario y lectoespectador, quien interactúa constantemente con el material, el soporte y otros usuarios lectoespectadores.

 

CONCLUSIÓN

 

En conclusión  y a manera de una opinión personal no importa de qué manera se realice un lectura, creo que lo más relevante es que no se quite de la sociedad el habito de leer. Y es que si bien nos damos cuenta los avances que hoy ha tenido la tecnología ha hecho que tengamos que adaptarnos a la nueva normalidad que exige que tengamos que actualizarnos diariamente, ya que ahora cualquier libro que queramos obtener, lo podemos encontrar por medio del internet y descargar en cualquier dispositivo, sin tener que estar llevando encima un sin número de libros, pero lo único que si debemos ser precavidos es no tratar darle mal uso a esa herramienta, sino todo lo contrario sacarle el mejor de los provechos.

Bienvenidos a este Blog el cual promete analizar un tema que hoy en día es relevante discutir.

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